La historia de los arreglos florales se remonta a los tiempos más lejanos, hay pruebas de ello en todas las decoraciones, tallas, grabados y pinturas que han perdurado de las más grandes civilizaciones de la antigüedad.

Los egipcios acostumbraban a colocar simples flores cortadas en bellos floreros y jarrones; utilizaban esos estilizados arreglos para ceremonias, procesiones e incluso para alegrar las distintas estancias de la casa. Elegían el tipo de flor según el significado religioso que le daban; por ejemplo el loto o el lirio de agua eran un homenaje a la diosa Isis y los incluían en las ofrendas a ella. Utilizaban también las guirnaldas de flores que depositaban en las tumbas a modo de despedida, usaban para confeccionarlas anémonas, narcisos, rosas y para rodearlas hojas de palma o de papiro.

Griegos y romanos también utilizaron el arte floral, mayormente como guirnaldas y coronas. A veces empleando sólo hojas o hierbas en su confección. Ramas jóvenes y flexibles de laurel o de olivo eran muy comunes para ese uso y con ellas se premiaba a los atletas y héroes. También sembraban los caminos con pétalos de flores cuando iba  pasar por el lugar alguien importante; de la misma forma perfumaban los lechos. A diferencia de los egipcios que le daban un sentido religioso, para los griegos y romanos era una muestra de lujo y recompensa.

Para el pueblo de China el interés fue religioso y a la vez medicinal; tanto los budistas, los taoístas y los seguidores de Confucio colocaban flores en sus altares, en cestas de mimbre o en recipientes de cerámica, dando origen al “Ikebana”, que se difundió luego por Japón. A cada planta le dieron un simbolismo, el bambú simbolizaba la longevidad, la orquídea la fertilidad, la peonía el honor y así sucesivamente.

En épocas del Imperio Bizantino los arreglos florales comenzaron a confeccionarse con pequeñas flores y eran muy coloridos, se los armaba en cálices o en urnas y se utilizaban, además, frutas. Comienza el uso de las margaritas y los claveles, con hojas de ciprés y ramas de pino; se los adorna con cintas. Desde Asia llegan los arreglos florales a Europa de la mano de los Cruzados, alrededor del año 1.000 d.C. Las iglesias y monasterios comienzan a incorporar la nueva moda y experimentan con nuevas plantas y estilos para crearlos.