Las Hymenocallis (conocidas por el nombre común de “Lirio araña”) son plantas herbáceas perennes, de raíz bulbosa, originarias de América. Pertenecen a la familia Amaryllidaceae. Hay más de 50 especies contabilizadas hasta el momento, pero la mayoría son endémicas y no prosperan en otras regiones. Se cultivan como ornamentales.
Las flores blancas, actinomorfas y perfumadas, tienen una membrana (llamada corona estaminal o paraperigonio) que une la base de los estambres; el perigonio está formado por 6 tépalos unidos en forma de tubo; el polen es amarillo o anaranjado. Los frutos capsulares son triloculares y contienen hasta 10 semillas por lóculo, generalmente éstas no prosperan al sembrarlas (o son estériles) y por ello es que la propagación se hace a través de la división de los bulbos.
Del bulbo subterráneo nacen hojas basales y un escapo floral. Si se ingieren los bulbos pueden presentarse vómitos y/o diarrea porque contienen licorina y algunos otros alcaloides. Las hojas grandes y planas, acuminadas, generalmente sin pecíolo, son persistentes en algunas especies y en otras estacionales (no resisten la estación seca), se dan en número par.
Según sus distintas características las especies fueron agrupadas de la siguiente forma: H. Speciosa, con hojas pecioladas, originarias de Brasil, el Caribe y México; H. Mexicana, con hojas sésiles y caducas, nativas de México; H. Caribaea, con hojas lanceoladas, oriundas del Caribe, Centroamérica y la Península de La Florida; H. Littoralis, con hojas perennes ligeramente lanceoladas, con origen en México y Guatemala; H. Caroliniana, de follaje caducifolio y escasas semillas por lóculo, del Sur de Estados Unidos; y la H. Henryae, de hojas caducas con muchas semillas por lóculo originarias de la Isla de Cuba.
Las más populares en los jardines son la Hymenocallis x festalis que es un híbrido, la Hymenocallis latifolia y la Hymenocallis littoralis, pero todas son aptas para el cultivo en zonas donde no hiele. Prefieren suelos con humus, bastante abono orgánico y con un buen drenaje. El riego no debe escasearles.
