La Aubrecia

La Aubrecia, que responde al nombre científico de Aubrieta deltoidea, es una planta herbácea perenne miembro de la familia Cruciferae (Brassicaceae según otra clasificación) y es originaria de las costas orientales del Mar Mediterráneo. Se la emplea como tapizante en los jardines pues forma extensas matas que nunca sobrepasan los veinte centímetros de altura; luce muy bien, además, en tiestos o macetas colgantes pues su sencillas pero bellas flores caerán en cascada.

Ramifica profusamente. Sus hojas, pequeñas y ovales, son pubescentes y de color verde claro; en la Aubrecia deltoidea “variegata” tienen matices crema.

En primavera la floración es exuberante, con tonalidades que van desde al blanco al púrpura según la variedad, la más común es la violeta. Las flores poseen un cáliz con sépalos verdes acuminados y parcialmente soldados (de entre medio y un centímetro) y cuatro pétalos casi orbiculares (de entre dos y tres centímetros de diámetro); para ayudar a que continúe floreciendo hay que ir quitándolas a medida que se secan; los frutos son silicuas dehiscentes de alrededor de dos centímetros de largo.

Es una planta rústica de fácil cultivo. Se la reproduce mediante semillas (y no se cubren con tierra puesto que precisan de abundante luz para geminar, lo cual les demanda entre una y dos semanas), división de mata y esquejes. Prefiere ubicaciones con sol pleno, aunque si el calor fuera muy riguroso es mejor ofrecerle una semisombra; resiste bien el frío pero no así las fuertes heladas. Necesita suelos sueltos, con buen drenaje, en lo posible calcáreos o pedregosos. El riego debe ser moderado y en el agua del mismo puede administrársele cada tanto algún fertilizante.

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