La denominada científicamente Bonamia menziesii es una enredadera perenne (liana de consistencia leñosa), endémica de Hawai, que forma parte de la familia Convolvulaceae. Sus largos tallos, cubiertos por una fina pubescencia amarillenta, suelen alcanzar los diez metros de largo. Dentro de su hábitat natural la encontramos entre los ciento cincuenta y los seiscientos metros de altitud en las seis islas más grandes del archipiélago, formando parte de los bosques secos más que de los húmedos.
Está dentro de las especies en peligro de extinción; quedan pocos individuos debido a la destrucción del ecosistema que las albergaba, principalmente por el fuego, la introducción de especies exóticas, el ganado y la intervención humana (agricultura y desarrollo urbano).
Se adapta a diferentes suelos pero necesita ubicaciones a pleno sol. Es ideal para trepar por glorietas y así proveer de sombra pues crece muy tupida, aunque este comportamiento es innato conviene igual agregar fertilizante al agua de riego (el cual debe ser escaso puesto que prefiere la sequía) al menos cada seis meses. Posee hojas ovales, de color verde intenso y aspecto coriáceo, que miden unos diez centímetros de longitud por unos cuatro de ancho y están sostenidas por cortos pecíolos.
A lo largo de todo el año da hermosas flores blancas o de color blanco-verdoso sin perfume, con forma de embudo y protegidas por brácteas en la base, algunas veces solitarias y otras reunidas en inflorescencias de tipo cima, con pedicelos de dos centímetros de largo. Los frutos son cápsulas de ovoides a cónicas, tardíamente dehiscentes o directamente indehiscentes, que contienen una o dos semillas oscuras.