Se conoce popularmente como Borraja escarchada a una planta rizomatosa perenne, de consistencia herbácea, miembro de la familia Boraginaceae, denominada científicamente Brunnera macrophylla. Es de fácil mantenimiento y como le agrada la sombra es ideal para jardines arbolados, ya sea para delimitar bordes o formando grandes grupos. Crece silvestre en los bosques de montaña del Cáucaso, donde la temperatura es fresca, el aire húmedo y el suelo rico.
Tolera mejor el sol que algunas de sus parientes pero la luz fuerte directa puede quemar su bello follaje. Mide unos cuarenta centímetros de alto por un poco más de ancho. Se la propaga mediante división de mata cuando la temperatura es cálida o por esquejes de raíz en el invierno. Precisa suelos normales, provistos de abundante humus, arenosos o arcillosos, con buen drenaje, siendo indistinto el pH de los mismos; también acepta el cultivo en maceta. Puede sobrellevar cortos períodos de sequía, no necesita poda y es muy resistente a plagas y enfermedades.
Sus grandes hojas plateadas con forma de corazón están profusamente veteadas y bordeadas de verde lo cual les da un aspecto muy llamativo. Hacia mediados o fines de la primavera aparecen sus pequeñas flores celestes muy similares a las conocidas “Nomeolvides” agrupadas en panículas terminales. Representan un gran atractivo para las mariposas y hasta se emplean como flor de corte gracias a los largos pedúnculos que las sostienen. Se han conseguido nuevas variedades sin el borde verde y con flores blancas pero el aspecto general no es tan agradable a la vista como el de esta Borraja en particular.