La Ceropegia

La Ceropegia, que responde al nombre científico de Ceropegia africana es una pequeña planta decidua, originaria de la Península del Cabo en Sudáfrica y miembro de la familia Asclepiadaceae. De su tallo subterráneo, o tubérculo, surgen cortos (suelen medir entre diez y sesenta centímetros de longitud) y delicados (de unos dos centímetros de diámetro) tallos glabros trepadores de color rojizo oscuro que se van entrelazando.

Sus suculentas hojas, simples y opuestas, apenas pecioladas y de forma atractiva son muy decorativas, miden entre dos y dos centímetros y medio de largo; su forma varía de oval a linear-lanceolada. Las flores, que aparecen en verano, se reúnen en inflorescencias pedunculadas de tipo cima con tres o cuatro ejemplares; cada flor está sostenida  por un pedicelo de cerca de un centímetro; poseen una blanca corola tubular formada por cinco pétalos festoneados con cilias de color púrpura oscuro; la fecundación es entomófila.

La Ceropegia se reproduce mediante semillas y esquejes de tallos cortados con un nodo, el cual al ser colocado en tierra echará raíces en pocas semanas y formará tubérculo. Es una especie de fácil cultivo. Cada año, durante el invierno, cae en estado de reposo, en ese lapso de tiempo no se la debe regar. Si se la cultiva en maceta hay que suministrarle los mismos cuidados que a los cactus, en especial ver que el recipiente en el que está drene perfectamente. Crece mejor si cada tanto le agregamos compost.

Cada dos o tres años conviene cambiarla a un contenedor de mayor tamaño porque irá creciendo, cuidando que pase al nuevo con suficiente tierra en las raíces para que no se dañen con el trasplante. En época de floración es recomendable aplicar un fertilizante junto con el agua de riego. Prefiere ubicaciones con sombra parcial a total. Es resistente a las plagas comunes pero en lugares muy húmedos puede ser atacada por la “mosca blanca”, por lo que habrá que prestar especial cuidado a este hecho.

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