La denominada comúnmente Enredadera de Virginia (en idioma inglés “Virginia creeper”) es una planta trepadora decidua, rizomatosa, de crecimiento rápido y vigoroso, que forma parte de la familia Vitaceae; responde al nombre científico de Parthenocissus quinquefolia y es originaria de América del Norte. Suele alcanzar alturas de entre veinte y treinta metros en estado silvestre, mientras que cultivada rara vez sobrepasa los doce.
Trepa utilizando zarcillos bifurcados que presentan en su superficie pequeñas almohadillas adhesivas de alrededor de cinco milímetros; por ello es que la emplea para cubrir cercos y paredes, pues no daña la mampostería y mantiene los edificios frescos en el verano.
Sus hojas palmeadas están compuestas por cinco folíolos verdes (raras veces tres o siete) de bordes serrados unidos en el punto terminal del pecíolo; miden de cinco a veinte centímetros. Antes de caer en el otoño toman un atractivo color rojizo. Aunque se parece a la Hiedra venenosa no contiene urushiol, que es lo que la hace a aquella tan peligrosa, pero sí sus hojas y tallos leñosos llevan en la savia cristales de oxalato de calcio en forma de agujas que pueden penetrar la piel y causar alergia en personas sensibles.
Las flores, que surgen hacia finales de la primavera, son pequeñas y verdosas; se agrupan en racimos no muy llamativos que en el verano se llenan de pequeños frutos globosos con la piel casi negra (o de un azul muy oscuro) que son muy tóxicos si se los ingiere; sin embargo a las aves no les hacen daño y es mediante ellas que se propagan luego las semillas.
También se puede la puede reproducir mediante esquejes de madera dura. Crece en ubicaciones tanto soleadas como con sombra total; no precisa de mucho mantenimiento, salvo alguna poda casual (tallos rotos y hojas dañadas) y prefiere suelos ligeramente alcalinos con buen drenaje, secos más que húmedos, por lo que el riego debe ser moderado.