La comúnmente conocida como Flor de terciopelo, recibe la denominación científica de Actinotus helianthi, forma parte de la familia Apiaceae y es originaria de Australia, donde se la emplea en la ornamentación de jardines (conformando rocallas) y como flor de corte. Es una planta de consistencia herbácea que mide desde cincuenta centímetros hasta un metro y medio de alto. Crece de manera silvestre en las costas arenosas y pedregosas; su sistema radicular es poco profundo.

Tanto el tallo, como las ramas y las hojas son de color verde grisáceo y están recubiertos en su totalidad por una fina pubescencia blancuzca, lo cual le da el aspecto que su nombre común indica. Sus hojas hendidas, dispuestas de manera alternada, miden unos diez centímetros de largo por siete de ancho y las flores, similares en aspecto a las margaritas (que pertenecen a otra familia) miden entre cinco y ocho centímetros de diámetro; las brácteas van del blanco al crema. Florece durante gran parte del año, aunque sí lo hace profusamente en la primavera; si se eliminan los restos, una vez que se secan, se  favorece una nueva floración y una poda de mantenimiento hace que sea más vigorosa al año siguiente.

Se la propaga mediante semillas frescas o esquejes; prefiere ubicaciones a pleno sol o con sombra parcial en climas templados y suelos con buen drenaje. Conviene sembrar en el lugar definitivo porque es muy sensible a los trasplantes. Tolera heladas leves una vez que está bien arraigada, pero conviene proteger con mulch el terreno en el que se encuentra. Puede cultivarse en maceta. El género Actinotus contiene unas veinte especies, diecinueve de las cuales son endémicas de Australia y la restante de Nueva Zelanda.