La Hiedra venenosa

La conocida comúnmente como “Hiedra venenosa” no es tal puesto que no pertenece a la familia de la Hiedra o Hedera sino que es miembro de la familia Anacardiaceae y recibe el nombre científico de Toxicodendron radicans.

Es una planta dioica trepadora, originaria de América del Norte (donde se la encuentra desde el nivel del mar hasta los mil quinientos metros de altitud, en bosques no muy tupidos en los que trepa por los troncos), que puede tomar aspecto arbustivo si le proporcionamos un buen soporte, siempre en lugares donde la luz solar le llegue filtrada.

Al contacto con la piel produce graves irritaciones en personas alérgicas al denominado “Aceite de urushiol” que la planta contiene y la ayuda a retener agua; lo mismo ocurre al ser inhalado el humo resultante de su combustión o si se la ingiere, provocando paro respiratorio. Aunque puede provocar daño al ser humano hay especies animales que la ingieren sin problema, como los ciervos y los osos.

Sus largos y delgados tallos tienen consistencia leñosa. Posee hojas deciduas de color verde que se disponen de manera alterna y miden alrededor de quince centímetros de longitud; están compuestas por tres folíolos ovales, acuminados, con las nervaduras muy marcadas y el borde ligeramente dentado; en el otoño cambian a rojizas, anaranjadas o amarillas para luego caer.

En la Primavera da pequeñas flores inconspicuas, amarillentas o blanco-verdosas, que se reúnen en inflorescencias axilares de tipo panícula o racimo que rara vez sobrepasan los diez centímetros de largo. Los frutos son drupas blanco-grisáceas globosas, de entre cinco y siete milímetros de diámetro, que sirven como alimento a las aves que así propagan sus semillas, las cuales se mantienen viables aún tras haber atravesado el aparato digestivo.

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