La Lunaria annua

La Lunaria

La Lunaria annua, miembro de la familia Brassicaceae, es una planta silvestre nativa de los Montes Balcanes, situados al sudoeste de Asia, aunque en la actualidad se ha distribuido por todas las zonas templadas del planeta sin mostrar comportamiento invasor ni alterador de otros ecosistemas. Es una especie anual o bienal que no sobrepasa el metro de alto. Se la suele confundir con la Hesperis matronalis pero hay muchas diferencias entre ambas.

Posee grandes hojas ovales, con bordes irregularmente serrados, que se distribuyen de manera alterna en los tallos pubescentes; están sostenidas por largos pecíolos que pueden ser verdes o también de color púrpura. Para algunas orugas son un exquisito alimento y depredan el follaje, habrá que prestar especial atención a ello.

En primavera y verano aparecen sus hermosas flores, violetas o blancas, reunidas en racimos terminales de seis a dieciocho centímetros de longitud. Cada flor consta de cuatro sépalos oblongos y cuatro pétalos, con venación más oscura, que se aclaran con el paso del tiempo y seis estambres; las sujetan delgados pedicelos. Dan un delicado perfume y atraen a las mariposas y a las abejas.

Las mismas darán paso luego a los llamativos frutos en los que se transforman; silicuas translúcidas discoidales de entre tres y ocho centímetros de diámetro, con un superficie externa reticulada de color marrón claro, que permanecen en la planta durante todo el invierno y son utilizadas para la confección de arreglos florales. Es de estos singulares contenedores de semillas, semejantes a pequeñas lunas  que ha recibido la planta su nombre. El viento efectúa la propagación. Se reproduce con facilidad mediante sus minúsculas semillas reniformes y es de fácil cultivo. Dentro de los jardines prefiere áreas con media sombra, húmedas y con arcilla en la composición del suelo.

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