La Moraea villosa

La Moraea villosa, conocida comúnmente como Moraea Pavo Real, pertenece a la familia Iridaceae; es una planta perenne endémica del sur de África que cuenta con dos subespecies reconocidas: La Moraea villosa villosa (descubierta en el siglo XVIII) y la Moraea villosa elandsmontana (descubierta en el siglo XX). La encontramos desde el nivel del mar hasta una altitud de trescientos metros. El avance de los cultivos (con la consecuente contaminación con fertilizantes y pesticidas) y la expansión urbana han disminuido mucho su hábitat natural por lo que se la considera vulnerable en la actualidad. Rara vez sobrepasa los cuarenta centímetros de alto; una única y alargada hoja nace de su tallo subterráneo modificado, o cormo.

Florece entre finales del invierno y comienzos de la primavera. El tallo floral es pubescente y sostiene una hermosa, llamativa y perfumada flor con grandes tépalos exteriores en diferentes tonos de rosa, lila y hasta púrpura; y tres tépalos interiores pequeños trilobulados (con dos lóbulos cortos y redondeados a los lados y el del medio largo y delgado). Pero lo que las hace tan distintas son las guías de néctar amarillo que están bordeadas por bandas con forma de medialuna presentando iridiscencias azules semejantes a las de las plumas de los pavos reales, de donde toma su nombre popular.

El estilo está dividido en tres partes que semejan pétalos terminados en crestas pareadas; las anteras se adjuntan a su base. La Moraea es polinizada por escarabajos que se alimentan del néctar que se encuentra en la base de los tépalos. Los frutos son cápsulas cilíndricas que contienen minúsculas semillas de forma angular. Es de fácil cultivo, tanto en jardines como en macetas, se la reproduce mediante semillas o por división de los cormos, pero por el primer método tarda de dos a tres años en dar flor.

En la variedad elandsmontana las flores son de un brillante color naranja. Ambas especies prefieren los suelos arcillosos y pedregosos (derivados de pizarra y granito) mientras que la Moraea villosa villosa se adapta también a los arenosos.

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