La conocida comúnmente como Orquídea ardiente, debido a la coloración rojiza en el extremo superior de su floración, responde al nombre científico de Orchis ustulata, tiene hábitos terrestres y forma parte de la familia Orchidaceae. Es originaria de Europa donde solía estar más difundida hace algunos años por los prados, en la actualidad se ha ido perdiendo debido al retroceso de su hábitat natural.

Le agrada el clima templado y algo seco. Es perenne y crece bien tanto a pleno sol como a media sombra. De sus tubérculos subterráneos redondeados nacen dos o tres hojas oblongas paralelinervadas y de bordes enteros. que disminuyen de tamaño al ir ascendiendo. Las basales son ovales, cortas, anchas y acuminadas; se disponen a manera de roseta sobe el suelo.

Florece a mediados de la primavera; sus flores sésiles (entre veinte y cincuenta de ellas) aparecen reunidas en espigas terminales erectas sostenidas por un fuerte tallo recubierto en su tercera parte por una bráctea de color verde. El cáliz está formado por tres sépalos purpúreos unidos por los laterales con la cara interna blanca moteada, así unidos semejan un casco que protege al resto de la flor. Tanto el labelo como los otros dos pétalos de menor tamaño presentan también lunares pero más dispersos.

Los frutos son capsulares y las semillas aplanadas. La harina obtenida tras el secado de los tubérculos recibe el nombre de “salep”, preparada como gelatina es nutritiva y posee cualidades demulcentes que ayudan al buen funcionamiento del tracto gastrointestinal, gracias al mucílago que contiene; se los recolecta luego de que las flores liberan las semillas.