La Orquídea Estrella

La Orquídea Estrella, cuyo nombre científico es Epidendrum spp (terminología que  hace referencia a los hábitos epífitos de estas plantas); pertenece a la familia Orchidaceae y es originaria de  las regiones tropicales de América. Sus bellas flores, suavemente perfumadas y de diversos colores según la variedad, se reúnen en inflorescencias de alrededor de doce individuos en el extremo de una larga vara. Son polinizadas por los insectos, principalmente mariposas, y algunas especies reciben también la visita de los colibríes.

Se recomienda para quienes deseen iniciarse en el cultivo de orquídeas puesto que es de las más resistentes y no precisa de mucho cuidado. Comúnmente en los hogares su vida no va más allá del año mientras que en los invernaderos especializados se han conseguido ejemplares de hasta siete. Puede tenerse en el interior de la vivienda, aunque necesita bastante humedad ambiente (acepta y agradece el vaporizado) y el riego debe ser con agua de lluvia (dos veces a la semana en verano y sólo una en el resto de las estaciones), procurando que el sustrato sea ligero y lo suficientemente aireado para que no retenga el líquido y las raíces no se  vean perjudicadas.

Hay que ubicarla en lugares luminosos pero evitando que le dé el sol directamente. Soporta bien los cambios bruscos de temperatura, por ejemplo en sitios donde ésta varía considerablemente entre el día y la noche. Se ve muy favorecida en las zonas de inviernos fríos porque ello estimula su floración posterior; de estar en regiones cálidas se procederá a mantenerla, durante la temporada invernal, en la habitación más fresca de la casa. Suele emplearse, una vez por semana, en primavera y verano, abono líquido especial para orquídeas.

Los tallos débiles necesitan de tutor o soporte y las flores que se marchitan hay que quitarlas, esto estimulará el nacimiento de nuevos tallos en la base (keikis, que estarán listos para su trasplante cuando se vean raíces ya bien formadas) que serán más fuertes. La cambiaremos de recipiente o maceta cada dos años y hay que protegerla de plagas tales como caracoles y babosas que se ensañan cruelmente con ella; a veces son los pulgones y las cochinillas las que aparecen pero el pulverizado con agua jabonosa las controla.

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