La Verónica peregrina es una planta silvestre anual, de consistencia herbácea, originaria de Europa (expandida en la actualidad por todo el mundo comportándose como maleza) y miembro de la familia Scrophulariaceae. Recibe el nombre científico de Veronica peregrina L.
Prefiere los climas templados y crece a los lados de los caminos allí donde los suelos sean mixtos y sueltos. Mide entre veinte y treinta centímetros de alto. Hay una variedad que se ha dado en México denominada Verónica xalapensis por haberse desarrollado en la localidad de Jalapa o Xalapa.
Presenta una raíz principal y numerosas raicillas secundarias, de ella surgen múltiples tallos suculentos rectos (a veces glabros y otras pubescentes). Posee pequeñas hojas ovaladas y con el margen crenado o apenas serrado sostenidas por pecíolos de menos de un centímetro de longitud; las superiores, de mayor tamaño, se distribuyen de manera opuesta, tienen forma oblonga y son sésiles.
Florece durante la primavera y hasta bastante entrado el verano. Sus pequeñas pero hermosas flores (sostenidas por pedicelos de unos dos milímetros de largo) se reúnen en inflorescencias terminales de tipo racimo pero aparentan ser simples porque nacen en las axilas de las hojas superiores que se transforman entonces en brácteas foliares; cuentan con cuatro sépalos verdes unidos por sus bases y cuatro pétalos blancos alternados con ellos; dos estambres y un estilo corto. Los frutos son cápsulas globosas con el ápice hundido, lo que les da aspecto acorazonado; contienen numerosas semillas ovales y aplanadas.
Dentro de la medicina no tradicional se le confieren propiedades diuréticas y expectorantes, todas sus partes se utilizan en infusión; contiene en su composición química glucósidos, ésteres y flavonoides.