La Zaluzianskya, que responde al nombre científico de Zaluzianskya capensis, es una pequeña planta anual, de consistencia herbácea, originaria del sur de África, que forma parte de la familia Scrophulariaceae. Sus hermosas flores comienzan a dar aroma al caer la tarde por lo que se puede deducir que son polinizadas por polillas o mariposas nocturnas, durante el día el mismo es prácticamente imperceptible.

Desde hace muy poco tiempo se la está empleando como especie ornamental en los jardines, donde queda perfecta formando bordes o cubriendo huecos. Comúnmente no se desarrolla más allá de los veinte centímetros de ancho por unos treinta de alto. Posee hojas sésiles y alargadas, con bordes dentados, que se distribuyen de manera opuesta o alternada indistintamente.

Mientras el calor no es muy fuerte, por la mañana temprano y al atardecer, sus botones florales se abren e irradian una dulce fragancia, permaneciendo cerrados en horas en las que  la temperatura es agobiante. Sus cinco pétalos acorazonados suelen ser blancos o de un tono celeste muy claro. Si quitamos las flores secas daremos lugar a que otras se desarrollen y la veremos florecida hasta que llegue el frío. El fruto es capsular.

Precisa suelos ricos y con buen drenaje; durante el verano hay que proporcionarle más riego y si se la tiene en tiestos o macetas no se debe dejar secar el sustrato puesto que los tallos de la planta se volverán leñosos. La podemos multiplicar mediante esquejes con facilidad, introduciéndolos en un recipiente con mezcla de tierra y arena de río apenas húmeda y cubriéndolos con una bolsa plástica, manteniéndolos a la sombre hasta que echen raíces; también a través de semillas durante la primavera.