Antes de ser sembradas la mayoría de las semillas requiere un tratamiento previo, si sólo tienen un recubrimiento delgado una horas de remojo en agua bastarán para ablandarlo, pero en ocasiones esto no es suficiente y debemos recurrir a otros dos procesos que ayudan y con los que se obtienen óptimos resultados a posteriori.
Uno es la estratificación, aplicable
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