Para decidir el color de las flores a utilizar para confeccionar  un arreglo floral es bueno fijarse en el de la habitación donde será ubicado, el salón que engalanará o bien la ropa de la novia y el atuendo de sus madrinas o damas de compañía para que todo esté acorde. Como ideas básicas tenemos dos: Que esté dentro del tono o que contraste abiertamente. Ambas parecerán casuales y no alterarán la decoración para nada.

Cuando las flores sean blancas habrá que poner más énfasis en las hojas que las acompañen, elegir de distintos verdes, formas y texturas para agregarle vida al armado, incluso con la variación mate y brillante de las mismas. Si las flores son de colores llamativos ya no trataremos de destacar el follaje que les sirva de marco y lo mantendremos en un segundo plano.

El equilibrio del arreglo floral es de vital importancia, si se colocan como centros de mesa serán de porte bajo para que los comensales puedan conversar sin que algo esté interfiriendo en su recorrido visual. Los estilizados, con flores de alto porte, se ubicarán junto a las paredes, en los descansos de las escaleras o al pie de las mismas a los lados. Y, por sobre todo, deben mantener la proporción con respecto al recipiente que los contiene, para evitar caídas o vuelcos inoportunos y desagradables.

Respecto a la ubicación es bueno que cuenten con espacio suficiente en su entorno y no que luzcan como forzados en el lugar donde hayan sido colocados. Si comparten espacio con lámparas u otros motivos decorativos habrá que adecuar su tamaño al de ellos para que sea una composición de imagen, sin sobresalir uno u otro en demasía.

En el camino a buscar una decoración perfecta lo ideal sería conseguir cuencos de idéntica forma y color pero con tamaños diversos, con una almohadilla húmeda en su interior les añadiríamos jazmines, rosas blancas, lirios o azucenas en las cantidades adecuadas a las proporciones. Con hojas grandes para completar espacios en los cuencos grandes y pequeñas para los más chicos. Para los centros de mesa con media docena de la flor seleccionada bastaría y emplearíamos hasta tres docenas de la misma para los arreglos a ubicar en lugares más espaciosos.