La Heleborina

Se conoce popularmente como Heleborina a una orquídea perenne, de hábito terrestre y consistencia herbácea, originaria de Europa (donde la encontramos creciendo en los claros de los bosques entre los quinientos y los dos mil metros de altitud), registrada científicamente como Epipactis atrorubens. Es miembro de la familia Orchidaceae.

Su tallo subterráneo, o rizoma, es cilíndrico y cuenta con numerosas raíces delgadas pero carnosas. Los tallos aéreos son fuertes y rectos, suelen medir medio metro de alto; se presentan glabros en la base y los recubre una fina pubescencia en la parte superior.

Sus hojas parcialmente envainadoras son de color verde claro, se disponen en forma de roseta en la base y se van espaciando, alternando y disminuyendo de tamaño al llegar arriba. Todas lanceoladas y con el ápice agudo pero las basales mucho más anchas; las superiores se confunden con las brácteas florales.

En la primavera da pequeñas flores lateralmente simétricas, pediceladas y un tanto péndulas, entre diez y cuarenta de ellas, reunidas en apretadas inflorescencias terminales de tipo racimo de hasta veinticinco centímetros de largo. Emiten un suave aroma a vainilla. No hay casi diferencia entre los tres sépalos y los pétalos, siendo todos ovales y del mismo tamaño y tono violáceo o púrpura. Poseen un receptáculo nectario para atraer a los polinizadores. Las anteras son triangulares y su polen es amarillo; el ovario es ínfero y el estigma cuadrangular.

Los frutos son cápsulas, de oblongas a elípticas, marrones al madurar, provistas de seis costillas; contienen gran cantidad de semillas diminutas. Prefiere las ubicaciones a media sombra y un clima moderado, aunque puede soportar fuertes variaciones de temperatura. Le agradan los suelos algo secos y alcalinos.

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