El Bulbophyllum barbudo, cuyo nombre científico es Bulbophyllum barbigerum, o Phyllorkis barbigera, es una orquídea odorante, pilosa y epífita miembro de la familia Orchidaceae, originaria del centro-oeste del continente africano donde crece sobre los árboles en las zonas de clima cálido y húmedo, entre los quinientos y los dos mil quinientos metros de altitud.
Consta de un pseudobulbo de forma ovoidal (que mide de dos a cuatro centímetros) con raíces fibrosas, acompañado de una hoja elíptica apical; la inflorescencia que surge de la base (en primavera y parte del verano) es de tipo racimo, mide alrededor de veinte centímetros y en ella se reúnen varias flores (de rojizas a violáceas y con brácteas protectoras) con olor desagradable y una aparente barba, característica por la cual se le otorgó su segundo nombre; los sépalos son verdosos.
El nombre genérico hace mención a la consistencia de las hojas que son carnosas, o bulbosas. Está acostumbrada a tener sus raíces al descubierto, pero de cultivarla en macetas o tiestos el sustrato debe contener musgo y corteza pequeña, puede ser también fibra de coco; cuando éste envejece se lo cambia y se aprovecha a mudarla de recipiente si ha crecido mucho, cada dos o tres años.
Precisa ubicaciones con sombra parcial. La temperatura ideal para ella se encuentra entre los veinticuatro y los treinta grados centígrados. Si las hojas se ven algo marchitas puede suministrársele más agua. En invierno conviene reducir el riego y airearla para prevenir la aparición de hongos. Hay fertilizante especial para orquídeas y es conveniente aplicarlo aunque no más de tres veces al mes.