La Fresa, Frutilla o Fragaria se consume desde los comienzos de la humanidad, en ese entonces sólo se la conocía en estado silvestre (Fragaria vesca), luego a raíz de diversas hibridaciones se llegó a las variedades que consumimos hoy en día, siendo la más difundida la Fragaria x ananassa. Pertenece a la familia de las rosáceas. Se cultiva para consumo, engalana los jardines y hasta se la puede tener en tiestos o macetas por ser una planta muy bella, de hojas bien verdes, pequeñas y lindas flores blancas y de frutos rojos y carnosos que atraen todas las miradas.
Es una planta perenne que cada año produce nuevos brotes. De su base en forma de roseta nacen las hojas pubescentes, pecioladas y compuestas, formadas por tres folíolos de forma oval con bordes dentados y nervaduras bien marcadas, de un verde muy intenso en el frente y más claras en la parte posterior; los tallos florales que tienen en sus extremos flores blancas compuestas por cinco pétalos y cinco sépalos con abundantes estambres y, además, numerosos tallos rastreros con raíces adventicias que generan nuevas plantas. Lo que denominamos fruto es en realidad una agrupación de pequeños frutos, cerca de 200 aquenios, que son los puntos oscuros que observamos sobre la superficie.
Precisa suelos ligeramente ácidos y con buen drenado pues sus raíces son muy delicadas. En cultivos hortícolas conviene elevar las hileras para que no queden a nivel del terreno y el agua transcurra libremente. El abono orgánico es el mejor para ella. Requiere de climas templados para un desarrollo adecuado, pues es sensible a las temperaturas extremas, tanto de calor como de frío, y de ambas conviene protegerlas. En época de floración necesita riego adicional y algún fertilizante a base de potasio que sea soluble en agua. Al madurar los frutos, para que no entren en contacto con la tierra es bueno cubrir ésta esparciendo un poco de paja alrededor de cada planta. Se recolectan dejándoles un trozo de cabito y las hojitas que lo rodean.
Las frutillas aportan a nuestro organismo Hidratos de carbono, fibra, potasio, magnesio y vitaminas C, E y P, tienen propiedades diuréticas, astringentes y antiinflamatorias, por ello ayudan a controlar dolencias tales como la gota, la gingivitis, el colesterol elevado y la artritis. Consumidas solas son dietéticas (pues ayudan a eliminar las toxinas del cuerpo y de esa forma se logra bajar de peso) pero en gastronomía se las utiliza para preparar variados postres, acompañadas de otros ingredientes, como helados, mermeladas, tartas y pasteles; también es muy popular el licor de fresas.