El Anacardium occidentale

Anacardium

El Anacardium occidentale, también conocido como Cajú, Merey o Marañón, es un árbol perennifolio de porte bajo (no sobrepasa los seis o siete metros de altura) originario de Sudamérica que pertenece a la familia Anacardiaceae. Tiene una vida que se prolonga por aproximadamente treinta años. Se lo cultiva, principalmente, por los frutos que produce (recién a partir de su tercer año), llamados de distinta forma en las diferentes regiones donde se los consume: Castaña de Cajú, Cajuil, Anacardo y también Marañón o Merey como al árbol mismo.

Tiene una raíz central gruesa y profunda de la que se desprenden otras menores y casi superficiales. El tronco alcanza los cuarenta centímetros de circunferencia, es común que comience a ramificar cercano a la base; a su corteza suave pero ligeramente agrietada, que es de color gris oscuro, se le atribuyen propiedades antidiarreicas, antiinfecciosas y cicatrizantes, también se extraen de ella taninos para ser usados en la industria de curtido de cueros. Las ramas toman formas sinuosas. A la madera se le dan numerosos usos, sirve tanto como para leña como para fabricar pequeñas embarcaciones.

Sus hojas simples y pecioladas tienen forma oval, bordes enteros y el ápice redondeado; miden más de diez centímetros de largo y se ubican en las ramas de manera alterna. Sus flores hermafroditas son pequeñas y muy perfumadas, se reúnen en inflorescencias terminales de tipo panícula, sostenidas por largos pedúnculos; el cáliz está formado por cinco segmentos y la corola por cinco pétalos blancos o rosados, el androceo lo componen entre ocho y diez estambres. La floración se prolonga a los largo de tres meses, durante la estación seca, y no es sincronizada. Las abejas y las mariposas son las que llevan a cabo la polinización.

El pseudo fruto, pues es sólo el engrosamiento carnoso del pedúnculo, varía su color entre el amarillo-ocre y el rojo, tiene forma de pera y con él se fabrican desde dulces hasta cosméticos, puede consumirse recién sacado de la planta, de su fermentación se obtiene vino. El fruto verdadero es una drupa de entre tres y cinco centímetros de largo, que pende fuera de aquel; la semilla, dicotiledónea y reniforme, posee un importante valor nutricional pues aporta a nuestra dieta carbohidratos, grasas, proteínas, vitaminas del complejo B, vitamina C, Hierro, Calcio, Potasio, Fósforo y Magnesio. Es empleada, gracias a sus numerosos componentes, por la industria farmacéutica para la fabricación de varios medicamentos y de su prensado se obtiene un aceite de muy buena calidad, semejante al de oliva.

Se reproduce mediante las semillas (éstas tardan unos doce días en germinar) pero también se consiguen nuevos ejemplares por acodos aéreos. En la actualidad la demanda ha aumentado muchísimo por lo que se injertan plantas jóvenes en pies de plantas adultas para que fructifiquen en menos tiempo. Este árbol prefiere los climas cálidos y húmedos, con abundantes precipitaciones anuales y altitudes sobre el nivel del mar no mayores a los mil metros. Como gusta de suelos arenosos se lo utiliza para la fijación de dunas. En los jardines se lo emplea como ornamental y para sombra porque la provee todo el año. Necesita ubicaciones con mucha luz y resiste bien las sequías, pero es susceptible a las bajas temperaturas y a menudo sufre ataques de plagas y hongos.

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