El Caqui o Diospyros kaki, es un árbol caducifolio originario de China, que pertenece a la familia Ebenaceae. Tiene hojas simples de forma oval, con pecíolos cortos, de color verde oscuro que, en otoño, se tornan rojizas. Es generalmente monoico, con flores femeninas de pétalos verdosos (el cáliz permanece luego en el fruto porque lo provee de citoquininas que lo ayudan a mantenerse), grandes y solitarias y flores masculinas más pequeñas reunidas en grupos de tres. La polinización es efectuada por los insectos. El fruto es una baya de gran tamaño de aspecto similar al del tomate pero de sabor dulce (las semillas al madurar segregan acetaldehído lo que le quita la astringencia al fruto, producida por la presencia de taninos, y le da dulzor) con piel amarillo-anaranjada y pulpa anaranjado-rojiza. Se consume fresco, aunque también se lo utiliza para preparar postres, helados y batidos.

Como florece tardíamente se halla a salvo de heladas primaverales. Necesita mucha luz y veranos cálidos y prolongados para que los frutos alcancen su madurez, y las hojas caen antes de que esto ocurra. Se reproduce mediante semillas, por acodo y por injerto sobre patrón (que, al igual que en la mayoría de los frutales, es el más común). Requiere suelos fértiles, profundos, que drenen bien y con abundante agregado de materia orgánica. Crece lentamente pero llega a sobrepasar los diez metros de altura. Su tronco es corto pero la copa se extiende bastante. Su madera es dura, pesada y de veta fina.

Otras dos especies cultivables son Diospyros virginiana (mayor tamaño, sistema radicular más profundo, mayor resistencia al frío) y Diospyros lotus (tolera la sequía y se adapta a suelos calizos). Y las variedades se dividen en astringentes y no astringentes, las primeras necesitan la maduración precisa antes de ser consumidas (Tomatero, Rojo brillante, Tanenashi) y las segundas forman el grupo más cultivado en la actualidad pues ya son de sabor dulce (Sharon y Fuyu). Hay que administrarles, al menos dos veces al año, fósforo, potasio, calcio, magnesio y nitrógeno en forma amoniacal. Comúnmente sufre de clorosis férrica por lo cual es bueno aportarle quelatos de hierro.

Se la cultiva como planta de secano, pero si las precipitaciones no fueran suficientes se le aplicarán riegos continuos aunque ligeros. Las malas hierbas se deberán erradicar con herbicidas pues el laboreo muchas veces afecta a las raíces que son bastante superficiales. Se le efectúan ligeras podas limitadas a la longitud de sus ramas pues cuando se cargan de frutos tienden a quebrarse; también puede realizarse un aclareo mientras los frutos son pequeños, los que queden crecerán más grandes y la planta no deberá soportar tanto peso.

Entre sus plagas encontramos a la Mosca de la Fruta, cuyas larvas dejan inservible el caqui; al Synnanthedon tipuliformis que es un lepidóptero que se alimenta del cambium de las ramas; a la Cochinilla alargada que se succiona la savia y a la Chinche verde o Nezara viridula que provoca la deformación del fruto. Y entre sus enfermedades las más comunes son la Antracnosis y la presencia de hongos como el Armillaria mellea y el Cephalosporium diospyri.