Las Dietes son plantas herbáceas perennes y rizomatosas, originarias del sur de África, que se agrupan dentro de la familia Iridaceae. Acostumbran alcanzar un metro de alto y se las emplea como ornamento en los jardines y parques (a razón de cuatro a seis de ellas por metro cuadrado de terreno), aunque admiten también el cultivo en macetas o tiestos. En su hábitat natural están distribuidas por zonas con clima subtropical.

Poseen hojas largas y acintadas de aspecto coriáceo y color verde brillante que surgen, en forma de abanico, del tallo subterráneo o rizoma. Durante la primavera y el verano dan hermosas pero efímeras flores terminales de un tono muy claro de amarillo (hay algunas variedades totalmente blancas), con motas púrpura muy oscuras (casi negras y con un círculo amarillo intenso o naranja rodeándolas) llegando a su centro. Las flores miden alrededor de seis centímetros; si se las retiramos no bien se secan favoreceremos una próxima y más abundante floración.

El fruto es una cápsula dehiscente que suele doblar los tallos por su peso; las pequeñas semillas son de color marrón oscuro y se dispersan cuando se seca y se abre el receptáculo que las contiene. Para multiplicarlas podemos sembrarlas a comienzos de la primavera y también puede efectuarse una división del rizoma luego de concluida la floración.

Precisan ubicaciones con sol pleno pero pueden adaptarse a una media sombra. El terreno debe tener muy buen drenaje, pudiendo agregársele arena y mantillo para ayudar. Como fertilizante prefieren materia orgánica, mientras que en la época de floración conviene agregarles uno específico para plantas bulbosas. No soportan los riegos abundantes; por el contrario, prefieren la sequía; con un riego semanal y moderado les basta. Resisten bien las enfermedades y plagas comunes. Algunas de las variedades más comunes son la Dietes grandiflora, la Dietes bicolor y la Dietes iridioides, diferenciándose entre ellas mayormente por las hojas.