Cryptomeria es un género monotípico de coníferas perennifolias pertenecientes a la familia Cupressaceae, que contiene solamente a la Cryptomeria japonica, especie endémica de Japón, donde recibe el nombre de Sugi; aunque se han encontrado ejemplares en China (en la montaña Tianmu), de la variedad “sinensis”, con una edad aproximada a los mil años. A estos árboles se les da a veces el nombre equivocado de cedros japoneses (Japanese cedar, en inglés) pero no tienen ninguna relación con ellos.

Puede llegar hasta los setenta metros de altura, con un diámetro de tronco de cuatro metros. Su corteza es de color marrón-rojizo y se va cayendo en franjas verticales con el paso del tiempo. Las hojas se disponen en las ramas en forma verticilada, se asemejan a las agujas de los pinos y miden alrededor de un centímetro. Los conos globosos (verdes al principio y marrones cuando maduran) tienen un diámetro de entre uno y dos centímetros; contienen numerosas semillas oscuras, pequeñas y livianas que pueden ser diseminadas por el viento. Es en todo similar a la Sequoia gigante, sólo que en ésta las hojas y los frutos son de mayor tamaño y la corteza es más delgada y suave.

Considerado como árbol nacional de Japón se lo planta junto a templos y santuarios. Se lo cultiva como ornamento y también para la producción de madera; puede ser transformado en bonsái. Necesita suelos profundos y húmedos pero con buen drenaje; no tolera los suelos pobres, ni el frío extremo, ni la sequedad ambiente. Este árbol es el alimento predilecto de las larvas de ciertas polillas, especialmente las del género Endoclita. El polen puede resultar alérgico para muchas personas, produciendo síntomas parecidos a los de la conocida “Fiebre del heno”.

Una de las variedades, la Cryptomeria japonica elegans, conserva su follaje joven a lo largo de toda su vida y nunca sobrepasa los diez metros de altura; otras variedades enanas se utilizan para jardines de rocalla, siendo las más comunes la “Little diamond”, la “Globosa nana” y la “Yokohama”.