El Árbol de los Pañuelos

El llamado Árbol de los Pañuelos, cuyo nombre científico es Davidia involucrata, es una especie caducifolia originaria de China que pertenece a la familia Cornaceae. Debe su nombre en latín al Padre Armand David, el misionero franciscano y gran naturalista que la descubrió en Asia.

Puede llegar a medir cerca de diez metros, el tronco es bajo puesto que ramifica a poca altura. Sus grandes hojas de forma acorazonada, que miden entre diez y quince centímetros de largo, poseen nervaduras muy marcadas y largos pecíolos, se parecen a las del tilo aunque tienen la parte posterior recubierta por una pilosidad blanquecina, se distribuyen de manera alterna en las ramas.

Lo que lo convierte en árbol ornamental son sus bellas y originales flores rodeadas de dos brácteas u hojas modificadas totalmente blancas (una grande y la otra de menor tamaño), que a fines de la primavera cuando se halla en plena floración le dan el aspecto que su nombre popular le atribuye, el de ser un “árbol de pañuelos”. Pero la primera floración tiene lugar recién cuando la planta alcanza entre ocho y diez años de edad. Sus frutos comestibles tienen forma ovalada, primeramente son de color verde, luego morados y terminan adquiriendo una tonalidad marrón en el otoño, permanecen en las ramas hasta bien entrado el invierno y pueden consumirse aún estando muy maduros.

Su crecimiento es rápido pero no se adapta a vivir en las ciudades debido a que es muy sensible a la polución ambiental, la cual afecta su desarrollo y también su floración, prefiere los ambientes amplios y con aire limpio de las afueras. Necesita exposición solar directa o, en su defecto, una ubicación con bastante luminosidad. No le agradan los suelos calcáreos ni los muy húmedos, por lo que el riego siempre habrá de ser moderado. Es muy resistente y soporta bien las bajas temperaturas.

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