El Fresno europeo, denominado científicamente Fraxinus excelsior, es un árbol caducifolio de porte medio que forma parte de la familia Oleaceae. Su origen está adjunto a su nombre puesto que hay otra variedad, originaria de América al que se le conoce popularmente como Fresno americano. Se lo cultiva principalmente por la excelente madera que produce y se lo emplea como ornamental en parques y jardines, a los que aporta buena sombra. Vive entre ciento cincuenta y doscientos años.
Posee un sistema radical robusto. Su corteza es pardo-grisácea y presenta profundas grietas, en los ejemplares y ramas nuevas es más clara, lisa o con lenticelas; las yemas son siempre negras y eso es una característica distintiva. Las hojas compuestas están formadas por entre siete y trece folíolos ovales acuminados y con el borde finamente serrado.
Las flores unisexuales o hermafroditas indistintamente, que aparecen en la primavera antes que las hojas, son pequeñas e inconspicuas; se reúnen en espigas o panículas axilares de corta duración; son polinizadas por el viento. Los frutos son sámaras con un ala lanceolada que las rodea, miden unos cinco centímetros de longitud por apenas uno en su parte más ancha. Las semillas, una por sámara, son oscuras y de forma elíptica; se propaga fácilmente, ya sea mediante ellas o por esquejes de madera blanda.
Es de crecimiento lento. Precisa ubicaciones a pleno sol y suelos con una importante capa de humus y buen drenaje, de preferencia alcalinos porque los de Ph ácido lo perjudican; tolera bastante bien el frío pero no la sequía. Dentro de la medicina no tradicional se le confieren a las hojas y la corteza propiedades laxantes, diuréticas y anti inflamatorias.