Se conoce popularmente como Flor globo, o Calderones, a una planta de consistencia herbácea, originaria de Europa (donde la encontramos en los prados y bosques húmedos de regiones frías), que suele alcanzar los sesenta centímetros de alto. Está registrada bajo la denominación científica de Trollius europaeus, o Trollius connivens, y es miembro de la familia Ranunculaceae.
Posee un tallo verde, recto y hueco, con costillas longitudinales y pocas o ninguna rama. Las hojas basales son pecioladas, más grandes (de hasta veinte centímetros), palmatisectas y con la nerviación muy evidente, que se disponen en forma de roseta, mientras que las superiores son sésiles, opuestas, de mucho menor tamaño y tienen el borde dividido de manera bastante irregular.
Hacia fines de la primavera y comienzos del verano da flores actinomorfas, amarillas y solitarias, que por su aspecto semejan globos, miden entre tres y cuatro centímetros y medio de diámetro. Lo que aparenta ser la flor es en realidad el cáliz, compuesto por entre seis y doce sépalos (tépalos en este caso) de elípticos a circulares, dispuestos en espiral y recurvados hacia adentro. La corola, ubicada en su interior, cuenta con la misma cantidad de componentes pero lineares y con un nectario en la base.
El fruto, de alrededor de un centímetro, está formado por varios folículos y contiene semillas negras y brillantes que se ubican en dos filas; se la reproduce mediante ellas. Precisa ubicaciones con bastante sol pero tolera media sombra. Es una planta habituada al frío y soporta bien las bajas temperaturas. Prefiere suelos ácidos y húmedos. Dentro de la medicina no tradicional se le confieren propiedades purgantes y rubefacientes, siempre que la planta esté fresca, luego de secarse ya no brinda ningún beneficio.