El árbol perennifolio denominado comúnmente Champaca y científicamente Magnolia champaca es originario de Asia (donde se lo halla en los bosques tropicales y subtropicales entre los doscientos y los mil seiscientos metros de altitud) y forma parte de la familia Magnoliaceae. En su hábitat natural suele alcanzar los cincuenta metros de alto con un diámetro troncal de casi dos metros.
Se lo utiliza como ornamental en los jardines por el hermoso perfume de sus flores y se lo cultiva, además, porque produce una muy buena madera, oscura y de fina textura, apta para la fabricación de muebles y la construcción. Posee grandes hojas de hasta veinte centímetros de longitud sostenidas por fuertes pecíolos, son elípticas u ovales y de color verde claro, con aspecto coriáceo y la nerviación muy marcada.
Durante el verano se llena de fragantes flores con alrededor de veinte tépalos de color crema, o amarillo-anaranjados, que van disminuyendo de tamaño hasta rodear la inflorescencia central. Su esencia aromática (semejante para algunos a una mezcla de fresia, azahares, plumeria y magnolias sureñas) es empleada por la industria de la Perfumería a nivel mundial. Presentan un gran atractivo para las mariposas y los colibríes.
En el otoño, tras la polinización, aparecen los frutos dehiscentes, ovales o elipsoidales, que al abrirse al madurar dejan ver en su interior de dos a cuatro semillas (rodeadas de un arilo rojo brillante) que proveen de alimento a numerosas aves. Se lo reproduce mediante semillas (aunque con este método tarda unos diez años en florecer) o por esquejes. Prefiere ubicaciones a pleno sol, suelos profundos y fértiles, y el riego debe ser moderado. No le agradan las bajas temperaturas y en lugares donde los inviernos son muy duros se lo puede colocar en maceta o en contenedor para desplazarlo hacia el interior de la vivienda y protegerlo.