La Palmarosa

La conocida comúnmente como Palmarosa es una planta aromática de consistencia herbácea (con un rizoma leñoso corto y fuerte), miembro de la familia Poaceae, que recibe el nombre científico de Cymbopogon martinii. Se la cultiva a fin de comercializar su aceite esencial con aroma a rosas, el cual es empleado principalmente en Perfumería y también por las industrias alimenticia y farmacéutica debido a otras propiedades que posee; toda la planta lo contiene, pero principalmente las flores, más que las hojas y los tallos.

Es originaria de India, aunque hoy la encontramos distribuida por las regiones tropicales y subtropicales de Asia, África y Australia, dado que se precisa de abundantes lluvias anuales para obtener buenas cosechas. Es muy resistente frente a plagas y enfermedades. Tiene largos tallos, con internudos sólidos que los mantienen erectos, que pueden medir entre quince centímetros y tres metros de alto. Las láminas foliares, verdes y acuminadas, envainadoras en sus bases, suelen presentarse de lineares a acintadas.

Da minúsculas flores bisexuales, protegidas por glumas, que se reúnen en inflorescencias de tipo espiga (o panícula alargada, con los raquis huecos o ligeramente aplanados, algunas pedunculadas y otras fusionadas con el entrenudo) compuestas a su vez por espiguillas menores pareadas, con flores hermafroditas y masculinas o hermafroditas y estériles, siendo las hermafroditas (con tres estambres y dos estigmas) más cortas siempre. No se autopolinizan, es el viento el encargado de llevar el polen de unas a otras. Los frutos pueden ser comprimidos dorsiventralmente o bien planoconvexos; no contienen grasas pero sí almidón; el embrión es grande.

Las semillas demoran de diez a veinte días en germinar. La primera cosecha se efectúa a los seis meses y hay variedades de las que se obtienen hasta cuatro cosechas anuales. Precisa de suelos con buen drenaje, ricos en materia orgánica y nitrógeno. Prefiere ubicaciones a pleno sol y altas temperaturas (entre los 20 y los 30 grados centígrados), de otra forma se reduce notablemente su floración. El frío le es adverso e incluso una simple escarcha puede matarla. Bajo cultivo puede vivir de diez a quince años pero pasados los seis o siete años ya no reditúa igual.

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