La violeta africana (Saintpaulia Ionantha) es una de las flores de interior más populares que se pueden cultivar. Pertenece a la familia de las gesneriáceas. Tiene un tamaño de unos diez centímetros de altura por unos quince de ancho. Su desarrollo es bastante rápido y florecen en otoño. Sus hojas son vellosas  y el color de la flor es el azul intenso aunque hay ejemplares de flor blanca muy caros y difíciles de encontrar, cuyo tono es prácticamente imposible conservar una vez se abre la flor. También hay variedades malvas, lilas y rosadas.

Al ser una planta de interior debemos situarla en un lugar iluminado pero sin sol directo, excepto en invierno. El suelo adecuado para plantarla es la turba y es conveniente regarla con agua tibia manteniendo la tierra húmeda.

También necesita humedad ambiental por lo que se puede pulverizar directamente con agua. Si se planta en verano se puede ir abonando cada mes hasta octubre. Cuando  las hojas se vuelven pequeñas significa que conviene trasplantar. No es necesario podarla pero hay que quitarle las flores marchitas para que la planta siga hermosa.

Se puede multiplicar por esquejes a partir de hojas enteras cortando a un centímetro de la base del pecíolo y plantándola en la tierra, de modo que la base de la hoja quede justo en la superficie. Se irán regando los esquejes y una vez desarrollados se trasplantarán a macetas más grandes. Dicho trasplante suele hacerse en primavera o cuando las raíces llenan el tiesto por completo.

Para que dé flores todo el año necesita períodos de riego, temperatura, luz y humedad constantes intercalándolos con períodos de reposo de un mes y medio más o menos con temperaturas más bajas y menos riego.

Respecto a su conservación hay que evitar la luz solar directa, no regar por encima de las hojas y abonar de vez en cuando. En ocasiones es atacada por la cochinilla o el pulgón verde.

Algunas de la especies más bonitas son la Saintpaulia ionantha «Jennifer», la «Little Delight», la «Velutina» o la «Dolly».

Se pueden plantar en maceta junto con otras flores como por ejemplo las orquídeas que tienen necesidades parecidas, o combinar entre ellas componiendo grupos. Al ser un ejemplar perenne  estarán siempre bonitas incluso cuando sólo tengan hojas.