El Vinagrillo

Se conoce vulgarmente como Vinagrillo a una planta suculenta parcialmente decidua, de porte arbustivo y ramas rígidas divaricadas de color marrón claro, denominada científicamente Grahamia bracteata. Es originaria del noroeste de Argentina, donde la podemos encontrar entre los doscientos y los dos mil metros de altitud, y está ubicada dentro de la familia Anacampserotaceae.

Es bastante rústica y tolera las sequías prolongadas. Mide entre treinta y sesenta centímetros de alto. Posee una raíz principal tuberosa y hojas sésiles pequeñas, oblongas y carnosas, con pubescencia axilar, distribuidas de manera alterna. Forma colonias en espacios libres (dado que no interactúa con otras especies) porque sus ramas al tocar el suelo enraizan con facilidad.

De noviembre a marzo da flores solitarias, de unos tres centímetros de diámetro, protegidas por varias brácteas lanceoladas e imbricadas (dispuestas unas sobre otras como tejas) cerca del cáliz; éste está formado por dos sépalos cóncavos que persisten luego en el fruto. Los cinco pétalos, blancos y acuminados, tienen un tono rosado en la base; más de dos docenas de estambres y un pistilo, que culmina en un estigma ramificado, completan el conjunto. Los frutos son cápsulas dehiscentes de alrededor de un centímetro y medio que contienen numerosas semillas subreniformes, de entre dos y tres milímetros,  provistas de alas membranosas.

En la actualidad se están implementando, para paliar la escasez de espacios naturales,  los llamados “techos verdes”, jardines de altura con poca profundidad de sustrato (sin tierra, empleando en su lugar turba o compost añadidos a materiales inorgánicos) generalmente en terrazas poco o nada transitadas, conformados por plantas que no demandan mayores cuidados ni riegos exhaustivos y es justamente el Vinagrillo una de las más empleadas y recomendadas por los expertos en el tema.

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