La Alocasia, que responde al nombre científico de Alocasia macrorrhiza, es una planta rizomatosa perenne utilizada como ornamental por el tamaño y color de sus hojas, puede llegar a medir unos tres metros de alto y se la cultiva tanto en el exterior como en el interior de las viviendas si se dispone de bastante espacio; es originaria de India y forma parte de la familia Araceae.

Se la puede reproducir mediante semillas pero lo más común es proceder a la división del rizoma o la extracción de los vástagos o “hijuelos”que crecen junto a ella. Hay que manipularla con cuidado pues el látex que exudan sus grandes hojas sagitadas (de alrededor de un metro de largo, sostenidas por gruesos pecíolos de similar longitud) al cortarlas irrita la piel. En la primavera da unas cinco o seis inflorescencias de tipo espádice protegidas por una espata blanca, pero nunca al mismo tiempo si no que al caer una recién aparece al siguiente.

Prefiere ubicaciones que vayan de sombra a media sombra, comúnmente bajo algún árbol se desarrollan muy bien. Es de clima cálido por lo que no le agradan las bajas temperaturas, pero aunque pierda sus hojas debido al frío éstas rebrotarán cuando el ambiente se caldee. Precisa de mucha humedad ambiente y cuando el calor es excesivo convienen rociar sus hojas para mantenerla fresca.

El sustrato debe ser suelto, aireado y con buen drenaje porque requiere de bastante riego pero no soporta los encharcamientos dado que terminan pudriendo su tallo subterráneo. Se la puede abonar dos veces al mes con algún fertilizante orgánico. Es muy resistente a plagas y enfermedades pero habrá que mantener apartados de ella a caracoles y babosas.