La Bougainvillea

bougainvilleaLa Buganvilla o Bougainvillea lleva ese nombre en honor a su descubridor Louis de Bougainville que la halló mientras exploraba Brasil en el siglo XVIII, también se la conoce como Santa Rita o Trinitaria. Pertenece a la familia Nyctaginaceae. Se adapta a distintos tipos de suelos, pero es mejor evitar los arcillosos en los que se estanca el agua, es aconsejable que sean sueltos y con un buen drenaje. Como es una planta trepadora  de tipo arbustivo queda excelente apoyada sobre  muros, decorando pérgolas (puede alcanzar  diez metros de largo) o simplemente como arbusto bajo. Muchos jardines la tienen como ornamento por su gran belleza, la mejor ubicación para ella son los lugares con mucho sol, pero al reparo de las heladas invernales; hay una variedad, la Bougainvillea Sanderiana, que es más resistente a los fríos intensos. Su cultivo es sencillo y carece de complicaciones. Es apta para convertirla en bonsái.

El tronco leñoso y las ramas suelen tener espinas. Se ve muy bien como planta de interior pero hay que ubicarla en lugares muy luminosos y ponerla en macetas bastante profundas para no tener que trasplantarla pues tiene un sistema radicular muy sensible y sufre con los desarraigos. Sus plagas frecuentes, al igual que las de la mayoría de las plantas son los pulgones, las cochinillas y la Mosca blanca, que podemos combatir por métodos ecológicos o con insecticidas sistémicos.

Sus flores verdaderas son pequeñas y blancuzcas, las que conocemos como tales y devienen en una gran gama de colores son hojas modificadas que las rodean, éstas reciben el nombre de brácteas (las más comunes son color magenta). Antes de la floración conviene retacearle el riego pues esto tiende a  estimularla. Mientras está florecida si se la riega al pie abundantemente y se la abona cada quince días (si nos excedemos con los compuestos nitrogenados puede verse retrasada su floración, si sucediese procedemos a suspenderlos y le retaceamos el riego hasta que se vea una  respuesta favorable). Cuando  vuelve a quedar sin flores se la comienza a regar espaciadamente, desde cada tercer día a una sola vez a la semana.

Tiene hojas ovales, acuminadas, pecioladas, de un verde intenso.  Se reproduce por semillas o por esquejes verdes blandos sacados a fines del estío, o bien de madera dura que podemos obtener durante todo el año, éstos se introducen en una mezcla de turba y arena y con temperatura elevada echan raíces con prontitud. Los pigmentos que contiene esta planta se usan para teñido de telas y lanas. Respecto a la poda, si los tallos tienden a enmarañarse eliminar los más antiguos e ir cubriendo con los más jóvenes los huecos que puedan quedar; cuando las flores se marchitan despuntar las ramas que las produjeron hasta alguna ramilla lateral que no haya dado flor aún, lo cual la favorecerá.

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