La Pitahaya

La Pitahaya

El Hylocereus undatus, conocido comúnmente como Pitahaya, pertenece a la familia Cactaceae y es originario de Centroamérica, donde en cantidad cuelgan majestuosamente de los árboles. Se lo emplea como ornamento por su espectacular aspecto cuando está florecido y se lo cultiva, además, para recolectar sus frutos comestibles.

Los tallos carnosos y viscosos de esta cactácea pueden llegar a los diez metros de longitud segmentados en tramos de más de un metro, con un ancho de hasta diez centímetros; los recorren tres costillas onduladas y muy marcadas que se van endureciendo  con el transcurso del tiempo. Las costillas poseen oscuras espinas de alrededor de medio centímetro, que suelen aparecer en grupos de tres.

Da hermosas flores blancas de gran tamaño (veinticinco centímetros de diámetro) y agradable aroma a jazmín que puede olerse a bastante distancia y es utilizado por la planta para atraer a los insectos polinizadores; abren durante la noche y duran sólo unas pocas horas; se forman en las aristas y el pimpollo tiene forma alargada, llegando a medir unos veinte centímetros.

Los frutos, de color rojo, redondeados u ovalados, son grandes, carnosos y de aspecto cerúleo; cada tanto presentan sobre la superficie escamas verdes de forma triangular que son los restos del cáliz floral; su ingesta proporciona a nuestro organismo vitamina C y se dice que previene la hipertensión arterial. La pulpa es muy jugosa, similar a la de las uvas y las sandías, y contiene numerosas y minúsculas semillas negras; la dispersión de las mismas la efectúan los distintos animales que comen la atractiva fruta.

Con un sólo gajo de este bello cactus, colocado a los pies de un árbol que le proporcione sujeción y abrigo, tendremos en pocos años una buena recolección de frutos, a la vez que dará una vista muy agradable y si tenemos la dicha de poder observar la apertura de las flores y sentir su encantador perfume será una experiencia inolvidable.

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