La agatea (Fellicia amelloides) también conocida como margarita azul es una planta de hoja perenne que pertenece a la familia de las asteráceas. El follaje forma una mata que queda adornada de pequeñas flores azul celeste, tipo margarita, con el centro amarillo.
Es una planta popular y muy útil como tapizante o para el primer término de la bordura ya que no suele sobrepasar los sesenta centímetros. Se le considera una planta de crecimiento rápido y cultivo fácil.
Las flores de la agatea aparecen en cuanto empiezan a ascender las temperaturas en primavera y su floración continúa, aunque menos abundante, durante todo el año.
La agatea necesita algo de riego, pero no tanto como para hacerla crecer descontroladamente. Conviene mantener la planta ligeramente húmeda pero soporta bien los períodos de sequía. Hay que ir con cuidado con los encharcamientos que provocarían la pudrición de la planta.
Le gusta el sol y es apta para crecer tanto en maceta como planta colgante como en el exterior formando borduras o cubriendo terraplenes. No tolera demasiado bien el frío extremo y tampoco las heladas.
Se puede podar ligeramente en cualquier época del año para evitar el crecimiento descontrolado, quitando las ramas muertas y las flores marchitas para su mantenimiento. En otoño se puede aplicar una poda fuerte en otoño para conservar una buena forma de la planta.
La multiplicación de la agatea se puede realizar mediante esquejes.
Se puede abonar regularmente con fertilizante orgánico. Cualquier suelo es apto para plantar la agatea aunque le gustan los suelos fértiles.
Respecto a las plagas que atacan a la agatea la más común es la provocada por ácaros.