Recibe el nombre científico de Aloysia gratissima el conocido comúnmente como Azahar del Monte, un arbusto espinoso perennifolio, de alrededor de tres metros de alto, originario de las zonas serranas de América, que pertenece a la familia Verbenaceae.
Posee hojas simples que van de elípticas a lanceoladas, con aspecto subcoriáceo, que se disponen de manera opuesta en las ramas; generalmente tienen la cara superior más oscuro que la inferior, donde el color verde es más pálido y están cubiertas por una ligera pubescencia.
Durante la primavera y el verano da pequeñas y hermosas flores blancas hermafroditas, muy aromáticas (con un perfume similar al de la vainilla), que se agrupan en inflorescencias axilares y terminales de tipo espiga, de unos diez a quince centímetros de largo; son polinizadas por los insectos, principalmente las abejas que la utilizan para fabricar su miel. Los frutos son capsulares, con al menos dos núculas en su interior.
Se lo reproduce mediante semillas y también por esquejes leñosos. Necesita suelos fértiles y profundos y ubicaciones a pleno sol; el riego debe incrementarse al comenzar la primavera para ayudar a la floración. Se utilizan sus hojas (las cosechadas antes de que comience a dar flores), sus tallos jóvenes y tiernos y las sumidades floridas, de las que se obtiene la esencia aromática. Pasada la época de cosecha se procede a secarlas naturalmente (sobre bastidores o esteras, a la sombra) o artificialmente (con máquinas) para facilitar así su conservación.
Dentro de la medicina no tradicional (ingerido como té) se le atribuyen propiedades estomacales y se dice que además disminuye las molestias del resfriado.