El denominado comúnmente Hibisco marítimo y científicamente Hibiscus tiliaceus, o Talipariti tiliaceum, es un arbusto o árbol perennifolio, de porte bajo, que puede alcanzar los cinco metros de alto con un diámetro troncal de alrededor de quince centímetros. El tronco está recubierto por una corteza grisácea de aspecto rugoso. Es originario de las zonas costeras del sudeste asiático, donde se lo encuentra desde el nivel del mar hasta casi los mil metros de altitud; forma parte de la familia Malvaceae.
A pesar de necesitar que el suelo se halle siempre húmedo (aún más en época de floración) no soporta los excesos de agua y los encharcamientos, aunque la sequía prolongada también lo perjudica haciendo que pierda parte de su follaje; las hojas son de un color verde brillante con las nervaduras más claras bien remarcadas, tienen forma de corazón, los márgenes enteros y están sostenidas por largos pecíolos.
Sus hermosas flores de cinco pétalos, terminales y solitarias, están sostenidas por gráciles pedúnculos y a lo largo de sus apenas horas de vida van cambiando de color de amarillo a anaranjado o rojizo, manteniendo el centro siempre más oscuro. Conviene fertilizar una sola vez antes de la floración si se halla en suelo y cada tres semanas si está en maceta. Se lo propaga mediante semillas y esquejes de tallos jóvenes. Prefiere ubicaciones con mucho sol. El frío y las heladas no lo favorecen.
Dentro de la medicina no tradicional se emplean las raíces y corteza en decocciones para bajar la fiebre y se está estudiando el efecto antioxidante de las hojas. Su madera es muy maleable y se le da múltiples usos, además se consiguen bonsáis de muy buen aspecto con esta especie.