El Níspero es un árbol frutal perennifolio, originario de China, que recibe el nombre científico de Eriobotrya japónica y forma parte de la familia Rosaceae. Ronda los diez metros de alto. Su tronco es bajo y ramifica prontamente, la copa adquiere forma redondeada. La corteza es de un tono gris-amarronado.
Posee grandes hojas simples, rugosas y de aspecto coriáceo, elípticas y acuminadas, con los bordes serrados y sostenidas por cortos pecíolos; de un verde oscuro en el frente y mucho más claro en el revés, donde se destacan también una fina pubescencia y una nerviación muy marcada; no se las emplea culinariamente pues son tóxicas, al igual que las semillas.
Sus flores suavemente perfumadas, que miden de uno a dos centímetros de diámetro, aparecen reunidas en panículas o racimos sostenidas por pedicelos de apenas unos milímetros de longitud; los sépalos están recubiertos por una hirsuta pubescencia marrón; los cinco pétalos son blancos, ovales aunque con el borde irregular; posee numerosos estambres y un ovario pentalocular con dos óvulos en cada compartimento y cinco estilos.
Florece en la época fría del año y para la primavera ya está cubierto de frutos globosos anaranjados (denominados níspolas) de entre tres y seis centímetros, con pulpa amarilla carnosa, que contienen de una a tres semillas pardas. Se los consume tanto frescos como luego de transformados en dulce, mermelada o jalea.
Desde la antigüedad se les atribuyen popularmente propiedades diuréticas, laxantes, hepatoprotectoras, antioxidantes y depurativas de la sangre, se dice también que ayudan en casos de diabetes, que disminuyen el índice de colesterol, que aminoran los síntomas de la gastritis, que son buenos para la piel y los problemas bronquiales y que ayudan a bajar de peso. Su ingesta aporta a nuestra dieta fibra, carbohidratos, proteínas, agua, vitaminas (A, B y C) y varios minerales (calcio, cobre, hierro, sodio, zinc, potasio, magnesio y fósforo).