Recibe el nombre popular de Orquídea fragante y el científico de Gymnadenia conopsea, o Gymnadenia alpina, una planta de consistencia herbácea originaria de Europa (donde la encontramos desde el nivel del mar hasta los dos mil quinientos metros de altitud) que forma parte de la familia Orchidaceae. Su hábitat natural incluye prados y pastizales de montaña; le agradan los sustratos silíceos y calcáreos, algo húmedos.
Se comporta como cualquier otra especie de hábito terrestre. Mide entre treinta y sesenta centímetros de alto. De sus dos bulbos de aproximadamente tres centímetros y medio, ovoides y subterráneos, provistos de gruesas raíces blanco-amarillentas, surgen cada año de tres a siete largas hojas envainadoras, verde-grisáceas y lanceoladas, con unos diez a veinticinco centímetros de longitud por uno o dos de ancho. Florece en el verano.
Sus pequeñas flores hermafroditas, pediceladas y de color lila (rara vez blancas), despiden el aroma característico de los llamados “Clavo de olor” gracias a que contienen un compuesto aromático conocido como eugenol, muy empleado en perfumería. La inflorescencia terminal de tipo espiga, que suele albergar a alrededor de cincuenta de ellas, puede alcanzar los veinticinco centímetros y está sostenida por un robusto y erecto tallo floral estriado. Se distinguen de otras orquídeas por el labio inferior trilobulado y sus largos espolones repletos de néctar para atraer a los insectos.
La polinización es entonces entomófila; mayormente efectuada por varias clases de polillas. Los frutos son cariópsides simples, similares a los aquenios, formados a partir de un carpelo único, seco e indehiscente. La germinación de las semillas está condicionada a la presencia de micorrizas, hongos que viven asociados a la planta y le brindan ayuda a la vez que la reciben. Se reconocen dos subespecies: Gymnadenia conopsea subespecie conopsea y Gymnadenia conopsea subespecie montana.