Se conoce popularmente como Guma guma a una planta aromática anual, de consistencia herbácea y porte erecto, miembro de la familia Lamiaceae. Está registrada bajo la denominación científica de Leucas zeylanica, o Leucas indica; es originaria del sudeste asiático, donde se la localiza en altitudes que van desde el nivel del mar hasta los mil quinientos metros. Sin la debida precaución puede invadir cultivos convirtiéndose en una mala hierba.
Mide alrededor de ochenta centímetros. Posee una raíz principal y numerosas raicillas secundarias, blancas o amarronadas. Su tallo es verde, grueso, muy ramificado y de sección cuadrangular. Sus hojas, sostenidas por pecíolos de tres milímetros, son lanceoladas y miden de tres a ocho centímetros de largo; tienen el margen dentado y abundante pubescencia; se disponen de manera opuesta.
Da pequeñas flores, blancas y hermafroditas, de unos dos centímetros de diámetro, reunidas en cimas verticiladas terminales, protegidas por brácteas lineares. El cáliz mide un poco más de medio centímetro, los sépalos ovales y provistos de un diente en el ápice están soldados formando un tubo oblicuamente turbinado de aspecto corrugado.
La corola tiene el pétalo superior densamente hirsuto, los laterales generalmente idénticos en forma y tamaño y los dos pétalos inferiores (que están unidos) exageradamente alargados. Son polinizadas por moscas, abejas y polillas. Florece y fructifica a lo largo de todo el año. Los frutos son elipsoidales, de tonalidad marrón oscura y brillantes; contienen cuatro semillas; se reproduce mediante ellas. Le agradan las ubicaciones soleadas y los suelos arenosos.
Por destilación se le extrae un aceite esencial con probada actividad antioxidante que además es larvicida, siendo eficaz incluso contra las crías del temido mosquito Aedes aegypti. Toda la planta posee sabor amargo, pero aun así se la emplea como condimento en las comidas. Dentro de la medicina no tradicional se le confieren propiedades estimulantes y antirreumáticas; en uso externo se aplica sobre llagas y heridas por su potente poder antimicrobiano.