La Palmera enana, que recibe el nombre científico de Allagoptera arenaria, es una especie originaria de las costas atlánticas de Brasil, donde se la encuentra en las zonas arenosas desde el nivel del mar hasta los cien metros de altitud. Forma parte de la familia Arecaceae; es de bajo porte y nunca supera los dos metros de alto. Se la emplea como ornamental.
Sus hojas, arqueadas y de consistencia fibrosa, brotan de manera espiralada del tallo subterráneo, o rizoma, que se mantiene a ras del suelo; son pinnadas, con pinnas lanceoladas de treinta y cinco a cincuenta centímetros de longitud, de color verde intenso en la cara superior y verde-plateadas en la inferior; carecen de espinas en el vértice y en los márgenes al contrario que las de otras palmeras. Con ellas se tejen canastas y otros objetos.
Del centro de las hojas brota un largo pedúnculo floral que sostiene una inflorescencia racimosa cilíndrica. Las pequeñas flores (tanto masculinas como femeninas) son de color crema o amarillo muy claro, protegidas por bractéolas beige o apenas amarronadas, muy atractivas para abejas y escarabajos. Las estaminales tienen los sépalos libres y un número variado de estambres provistos de anteras sagitadas; las femeninas, o pistiladas, son sésiles, tienen los sépalos trapezoidales y los pétalos triangulares.
Sus frutos globosos comestibles, de uno a dos centímetros de diámetro, son verdes al principio y se tornan anaranjados con el paso del tiempo, se los puede ingerir frescos o también luego de transformarlos en mermeladas y refrescos. Se la propaga mediante semillas; es de lento crecimiento; necesita ubicaciones a pleno sol y suelos arenosos con muy buen drenaje, tolera bien la salinidad.