La Sandía o Citrullus lanatus es una planta herbácea anual perteneciente a la familia Cucurbitaceae. Por su alto contenido de agua la ingestión en época veraniega de la pulpa de sus frutos es muy refrescante, también es muy nutritiva y apenas aporta calorías.
Su tallo es verde, piloso, rastrero o trepador (posee zarcillos bífidos o trífidos) y tiene un largo de más de cinco metros, cuando ya emitió varias hojas se producen los brotes secundarios en las zonas axilares, otra vez surgen hojas y vuelve a repetirse la brotación axilar, cubriendo cada planta, de esta forma, varios metros cuadrados.
Las hojas tienen largos pecíolos, son palmeadas, suaves en la parte superior y ásperas en la posterior. Las flores solitarias, de color amarillo intenso, están formadas por cinco pétalos unidos en sus bases y atraen por su gran cantidad de néctar y su aroma a las abejas que ayudarán a la polinización. Son unisexuales, pero en la misma planta hay tanto flores femeninas (con pistilo) como masculinas (con ocho estambres). El tamaño posterior de los frutos depende de la cantidad de flores que hayan sido fecundadas, a menor cantidad mayor tamaño, por lo que si se busca eso deben sacrificarse algunas flores.
El fruto es una baya, en algunas variedades esférica y en otras de forma oblonga (últimamente han aparecido en el mercado algunas triangulares y hasta cuadradas), el peso final de los mismos varía entre 2 y 15 kilos. Su cáscara puede presentar un color verde uniforme, como la de la variedad denominada “Sugar baby” o bien con franjas o veteado en dos tonalidades como las “Crimson”. La pulpa puede ser amarilla, rosa o roja y puede o no contener semillas (en caso de que sean hibridaciones), pero la mayoría sí tiene y son de diferentes tamaños, entre 0,5 y 2 cm. y los colores van desde el marrón claro al negro, con ellas se prepara una infusión que tiene efecto laxante.
La planta sufre mucho los cambios de temperatura cuando estos son muy amplios entre el día y la noche y no soporta las heladas; entre los 11 y los 13º su proceso de crecimiento se detiene; para germinar necesita entre 15 y 25º centígrados; florece entre los 18 y los 20º y para que sus frutos se desarrollen bien y maduren adecuadamente necesita temperaturas altas de entre 23 y 28º y bastante humedad. Cuando están injertadas sobre pies más fuertes aumenta también su resistencia tanto a las altas como a las bajas temperaturas y al ataque de hongos como el Fusarium.
No es una planta exigente en cuanto a suelos pero se dará mejor en los que drenen bien, con adición de arena. Antes de plantar conviene regar profunda y abundantemente; luego efectuar riegos cortos pero más frecuentes hasta que enraíce; en la etapa de desarrollo y hasta que de flor proporcionarle largos riegos pero espaciados; durante la floración deberán ser cortos pero a diario; mientras los frutos vayan creciendo regaremos larga y frecuentemente, pero cuando comience la maduración aumentaremos el agua y alargaremos los intervalos. Como fertilizantes debemos usar abonos solubles simples, nitratos, fosfatos y sulfatos, y por su tendencia a agotar los terrenos es preferible la alternancia de cultivos.