Se conoce por el nombre popular de Tamarilla de arenal, o Jarilla de arenal, y el científico de Helianthemum guerrae, a una planta silvestre perenne de consistencia herbácea (aunque con base leñosa) y porte arbustivo, endémica del sudeste de España, que vive en los arenales (no sólo costeros sino también sobre promontorios arenosos de origen pluvial más hacia el interior del país) y forma parte de la familia Cistaceae.
Su aspecto es bastante similar al de Helianthemum hirtum pero con caracteres marcadamente diferenciables, entre ellos la ornamentación de la semilla. Ronda los cincuenta centímetros de alto por otro tanto de ancho. Sirve para fijar y estabilizar el suelo. Desafortunadamente está en peligro de extinción debido a la destrucción de su hábitat por labores agrícolas (cultivos de secano), pastoreo del ganado, turismo y extracción de arena, además de procesos invasivos naturales.
Posee tallos rectos ascendentes. Sus hojas verde-grisáceas suelen ser lineares o lanceoladas, con pelos estrellados en ambas caras y en el ápice, miden hasta diez centímetros de largo por medio de ancho. Da hermosas y abundantes flores simples, sostenidas por gráciles pedicelos, que cuentan con cinco pétalos amarillos de alrededor de un centímetro por uno, ovario ínfero y un estilo que se caracteriza por ser piloso; sépalos externos setosos e internos con costillas muy pronunciadas. Tienen fototropismo positivo y sólo se abren cuando la temperatura supera los veinte grados centígrados.
Los frutos son pequeños y capsulares; contienen varias semillas rojizas subglobosas (las más de las veces con protuberancias verrucosas cónicas o subcónicas) que son dispersadas tanto por el viento como por las hormigas luego de la dehiscencia. Su polen atrae a numerosos insectos.