La Veza, denominada científicamente Vicia orobus, es una planta herbácea perenne, con delgados y glabros tallos rectos, que suele rondar el medio metro de altura. Es originaria de las zonas templadas de Europa, donde crece en los prados, en los bordes de los bosques y en lugares pedregosos, a distintas altitudes (desde el nivel del mar hasta los dos mil metros). Forma parte de la familia Fabaceae (Leguminosae). Se la nombró especie protegida en varios lugares por hallarse en peligro de extinción debido a la destrucción de su hábitat natural.
Sus hojas paripinnadas están compuestas por entre seis y quince pares de folíolos ovales, acuminados y algo replegados hacia su eje central. Hacia mediados del verano da pequeñas flores zigomorfas de color blanco (con líneas en tonalidades lila, púrpura o celeste) que se reúnen en inflorescencias de tipo racimo con entre seis y veinte de ellas, sostenida por breves pedicelos. La polinización es llevada a cabo por las abejas. Los frutos son legumbres de unos tres centímetros de longitud, verdes al principio y amarronadas al ir madurando, acompañadas por los restos del cáliz que es persistente.
En la actualidad se la cultiva como forraje, para fabricar abono verde o por sus semillas oscuras de medio centímetro de diámetro que son comestibles (siendo empleadas de manera similar que las lentejas y no pierden la viabilidad ni aún después de ser secadas, por lo que pueden ser congeladas y almacenadas a largo plazo); esta variedad de veza no presenta riesgos al ser ingerida, pero sí la Vicia sativa y la Vicia vellosa vellosa que contienen compuestos cianogénicos, se las distingue por los zarcillos de planta trepadora que presentan, mientras que la Vicia orobus no los tiene por ser de porte erecto.