La Tibuchina

Se conoce como Tibuchina, comúnmente llamada también “Planta de la gloria”, a un arbusto perennifolio que no sobrepasa los dos metros de alto por otro tanto de ancho que responde al nombre científico de Tibouchina urvilleana y es empleado como especie ornamental en los jardines por la belleza de su floración; pudiéndoselo también cultivar en interiores luminosos. Es originario de América del Sur y pertenece a la familia Melastomataceae.

Muchas veces se lo debe entutorar dado que sus tallos son pesados y tienden a caer, así se lo mantendrá erguido. La fina pubescencia de sus hojas (provistas de cortos pecíolos y distribuidas de manera opuesta) les da un aspecto aterciopelado, tienen forma oval y el vértice acuminado, presentan un color verde más oscuro en el envés que en el revés y las distinguen sus cinco nervaduras paralelas muy marcadas.

Da hermosas flores de nacimiento terminal con cinco pétalos azul-liláceos de forma acorazonada a redondeada, el cáliz está formado por sépalos pubescentes y tiene además diez estambres blanco-rojizos y curvados muy llamativos; son de vida efímera pero la planta se mantiene en floración por más de cuatro meses al año.

Gusta de ubicaciones luminosas pero no en las que les dé el sol pleno del mediodía (es mejor tenerlo a media sombra en exteriores), bien aireadas y con humedad ambiente relativamente alta, sobretodo en la etapa de crecimiento. Prefiere los climas de suaves a moderados y aunque soporta alguna que otra helada (perdiendo la parte aérea y recuperándola en primavera) es mejor que en lugares donde éstas sean frecuentes no esté expuesto. Requiere de suelos sueltos y algo ácidos; el riego debe ser moderado, aumentándoselo cuando se halle en flor. Se lo reproduce mediante semillas y esquejes. Cada tanto precisa de podas de forma, pues sus ramas crecen de manera desaliñada.

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