La Jovellana

La Jovellana, o Capachito, que responde al nombre científico de Jovellana violácea, es miembro de la familia Calceolariaceae. Este hermoso arbusto silvestre perennifolio, originario de Chile (donde lo encontramos en las quebradas y laderas que miran al oeste dentro del marco de la Cordillera de la Costa), se cubre de flores blanco-liláceas al llegar la primavera y se mantiene en floración durante los meses que dura esa estación del año y un poco más también. Suele alcanzar un metro y medio de altura. Es muy difícil encontrarlo bajo cultivo y no se comercializan sus semillas frescas tampoco.

Es una especie de clima frío y soporta heladas débiles pero, de poder hacerlo, es mejor protegerlo cuando la temperatura baja demasiado. Prefiere ubicaciones con sombra parcial y se adapta al cultivo en maceta. El terreno debe mantenerse húmedo pero que el agua escurra. Su tallo y ramas rojizas tienen consistencia leñosa y de su follaje emana un delicioso perfume a menta al ser frotado. Posee hojas verdes simples, ásperas al tacto, con el borde ligeramente lobulado, cortos pecíolos, nerviación muy marcada y forma elíptica, que se disponen de manera opuesta en las ramas.

Sus pequeñas flores, semejantes a farolillos, aparecen reunidas en inflorescencias terminales de tipo cima, sostenidas por robustos pedúnculos amarronados. Miden entre uno y medio y dos centímetros de diámetro. Son hermafroditas. Cuatro sépalos de color verde claro, fusionados por sus bases, forman el cáliz. La corola es bilabiada, de aspecto cerúleo, blanca por fuera y con numerosas motas lila en el interior; el labio inferior muestra también una más grande amarilla. Completan el conjunto dos estambres y un estilo. El fruto es capsular. Es similar en todo a la Jovellana punctata, distinguiéndolas el que esta última da flores violeta.

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