El Anchico blanco, que responde al nombre científico de Albizia niopoides, es un árbol monoico de alto porte que se ha extendido por gran parte de Sudamérica, derivado del Albizia julibrissin originario de Asia. A su vez se divide en dos variedades, Albizia niopoides niopoides (con inflorescencias pubescentes), que es la más extendida por distintos países y Albizia niopoides colombiana (con inflorescencias glabras), que como su nombre mismo lo indica es endémica de Colombia; ambas pueden hallarse entre el nivel del mar y los mil trescientos metros de altitud. Pertenece a la familia Fabaceae (Leguminosae).
Tiene una altura que ronda los treinta y cinco metros; el tronco es cilíndrico y recto, de unos ochenta centímetros de diámetro; su corteza clara es lisa y resbaladiza, al pasar la mano por ella se desprende un polvillo blanco de aspecto similar al de la harina. El nombre que le daban en lengua guaraní, la que utilizaban los nativos de la región, es Yvyraju; siendo “yvyra” el término empleado para árbol o madera y “ju” el sinónimo de amarillo o amarilla. Sus ramas son dicotómicas, bifurcándose la principal en otras dos bastante parejas en tamaño y grosor.
Sus hojas son bipinnadas (con de ocho a catorce pares de pinnas y cada pinna con unos cincuenta pares de folíolos) y se disponen de manera alterna en las ramas; la cara superior de los folíolos es verde brillante y la inferior más clara y pubescente. Da flores pequeñas con tonalidad amarillenta que son muy atractivas para las abejas. Los frutos son legumbres planas de color castaño claro y alrededor de diez centímetros de longitud; las semillas, entre cinco y diez, tienen forma redondeada, oval o arriñonada; conservan su poder germinativo cerca de un año.
Este bello árbol es empleado como ornamento en los jardines, sus hojas (como las de la mayoría de las leguminosas) brindan buen forraje para el ganado, su madera aunque es blanda es utilizada para confeccionar cajones y sirve tanto para hacer pasta de papel como para leña, aunque tiene un fuerte aroma que puede impregnar la comida que cocinemos con ella. Es una especie ideal para reforestar zonas que fueron dañadas. Necesita exposición a pleno sol y suelos profundos con buen drenaje.