Recibe el nombre de Frambueso un arbusto perennifolio muy ramificado originario de Europa, denominado científicamente Rubus idaeus y miembro de la familia Rosaceae. La ingesta de sus rojos, dulces y tiernos frutos frescos, o frambuesas, aporta a nuestra dieta carbohidratos, azúcares, fibra, grasas, proteínas, múltiples vitaminas y minerales, y agua.
Rara vez sobrepasa los dos metros y medio de altura, prospera en suelos profundos, sueltos y con preferencia de Ph ácido; su cultivo no presenta mayores dificultades. Su hábitat natural se halla en los claros de los bosques, al igual que otras muchas polidrupas con características similares. Hay también una variedad de frambuesa negra y otra azul, ambas nativas del continente americano, mientras que en Asia hay casi doscientas diferentes que aún no han sido catalogadas.
Posee grandes hojas compuestas por tres folíolos de forma oval con el vértice acuminado, bordes serrados; en el frente de color verde intenso, aspecto coriáceo y brillante y con el revés más claro y pubescente. Sus pequeñas flores blancas se presentan agrupadas en un racimo terminal, sostenidas por un pedúnculo bastante largo y espinoso; el cáliz está formado por cinco sépalos verdes y fuertes que persisten luego acompañando al fruto. Éste último lo componen varias drupas de pulpa aromática y gusto agradable al paladar. Además de poder consumirse directamente de la planta al estar maduros, se preparan con ellos distintos dulces y bebidas.
Como su valor comercial radica en la fructificación se han realizado cruzas que brindan dos cosechas al año. El frambueso resiste bien tanto las altas como las bajas temperaturas pero necesita de una cierta cantidad de lluvia anual (o de riego por defecto) para llevar a buen término la fructificación, aunque no tolera el encharcamiento del suelo, descartándose así los que contienen arcilla en su composición. Conviene efectuar una poda anual de renuevo y aplicar fertilizantes frecuentemente para mantenerle siempre altos los niveles de nitrógeno y potasio, los cuales agota con rapidez. La manera más sencilla de propagación es mediante acodos, dado que las semillas presentan alguna dificultad y rara vez salen los individuos iguales a la cepa madre.
