El Haba, cuyo nombre científico es Vicia faba, es una planta trepadora anual de consistencia herbácea que pertenece a la familia Fabaceae, a la cual da su nombre. Es originaria de Asia pero hoy en día se la cultiva en todo el mundo por sus frutos comestibles. Suele alcanzar los casi dos metros de altura y su profunda raíz se extiende otro tanto bajo el suelo, al igual que todas sus parientes está provista de nódulos de Rhizobium fijadores de nitrógeno.

Tiene abundantes hojas compuestas por una cantidad par de folíolos anchos, ovales y acuminados, de color verde intenso. Sus flores hermafroditas miden alrededor de cuatro centímetros de diámetro, son blancas con manchas violeta; en grupos que van de dos a ocho se reúnen en inflorescencias axilares de tipo racimo; comúnmente se auto polinizan, aunque también hay casos de polinización cruzada llevada a cabo por las abejas.

Los frutos son vainas o legumbres verdes, carnosas y dehiscentes que miden entre diez y treinta centímetros de longitud. Las semillas, de dos a nueve, tienen forma arriñonada y color verde-amarillento, al madurar se oscurecen. Se siembran en primavera y germinan con rapidez, son de sencillo cultivo y en menos de tres meses ya están produciendo; su poder germinativo permanece latente un promedio de cinco años; necesitan temperaturas medias, el calor fuerte las daña; se adaptan a varios tipos de suelo sin dificultad siempre que tengan buen drenaje, aunque prefiere los que son profundos, frescos y con abundante humus. El riego debe ser moderado y debe aumentárselo en las épocas de floración y fructificación.

Las vainas o chauchas se cosechan antes de llegar a la completa maduración y se consumen enteras, luego de ser hervidas, en ensaladas o como plato caliente también para acompañar carnes; son muy nutritivas pero pueden provocar flatulencia intestinal. Aportan a nuestra dieta hidratos de carbono, proteínas, grasas vegetales, varios minerales, fibra, vitaminas y agua, la cual interviene en un casi ochenta por ciento de su composición.