El Pepino, cuyo nombre científico es Cucumis sativus, es una planta herbácea anual postrera o ascendente indistintamente (con tallos angulosos de alrededor de dos metros, hirsutos y provistos de zarcillos en cada nudo) que forma parte de la familia Cucurbitaceae y es originaria de India, donde se consumen sus frutos desde la más remota antigüedad, al igual que en Grecia y Roma, aunque a posteriori.
Sus grandes hojas palmeadas son simples, verdes, con ambas caras pubescentes; están sostenidas por largos pecíolos de entre ocho y diez centímetros de longitud, las más de las veces más extensos que el mismo limbo; tienen nervaduras muy marcadas y se disponen de manera alterna en los tallos. Por ser una especie monoica posee flores de ambos géneros, las masculinas algo más pequeñas y tubulares y las femeninas más abiertas, todas de un color amarillo muy llamativo. La polinización es efectuada por las abejas.
El fruto, de pulpa acuosa no dulce, es una pepónida indehiscente de color verde surcado muchas veces de rayas blancas, amarillas o simplemente de un verde más claro, tiene forma oblonga al igual que las minúsculas semillas que contiene, aunque éstas son blanquecinas, lisas y achatadas. Se las siembra directamente; precisan de suelos sueltos, con buen drenaje y enriquecidos con materia orgánica. Necesita de abundante luz solar para dar más producción, el riego debe ser moderado, las temperaturas medias y no soporta las heladas. Una planta bien cultivada nos dará de veinte a cincuenta pepinos que se cosechan poco antes de que alcancen la total maduración.
Se lo suele comer crudo como ensalada o bien se lo prepara en conservas con vinagre (encurtido o pickle); en algunas regiones se acostumbra también añadirlo a las sopas o gazpachos. El pepino aporta a nuestra dieta carbohidratos, fibra, azúcares, proteínas, grasas, vitaminas, varios minerales y principalmente agua, que es la que ocupa la mayor parte de su volumen. Aplicado externamente sobre la piel la blanquea e hidrata, siendo un ayudante cosmético muy utilizado. Dentro de la medicina no tradicional se le confieren propiedades diuréticas y depurativas, además la fibra que contiene ayuda al buen tránsito intestinal.